sábado, enero 15, 2011

Tom of Finland


TOM OF FINLAND (1920-1991) realiza sus primeras ilustraciones en los años 40 pero es a partir de los 50 cuando sus dibujos comienzan a ser habituales de las publicaciones eróticas gays y durante las tres décadas siguientes se irá fraguando su leyenda e irá perfilando la evolución de la estética gay del final del siglo pasado. Sus dibujos traspasarán la frontera de los medios impresos pornográficos para ocupar las paredes de galerías de arte y museos.
Nacido en Kaarina, Finlandia, en 1920, Touko Laaksonen inicia sus estudios de diseño artístico en Helsinki en 1939. Un año después, su país entra en la Segunda Guerra Mundial y es reclutado en 1941. Es entonces cuando comienza su fascinación por algunos elementos que marcarán su ideal de la masculinidad, como los uniformes o las vestimentas de cuero, y cuando realiza sus primeros dibujos eróticos, generalmente acuarelas, en las que sus modelos, tratados con cierto toque naïf, reproducen muchos de los tópicos que la sociedad tenía de los gays en esa época como el amaneramiento o la marginalidad. Es a partir de la década de los 50, al comienzo de su carrera profesional como diseñador, cuando se centra en un estilo “foto-realista” caracterizado por una obsesiva atención al detalle, un excesivo perfilado de las imágenes y una eficaz utilización del claro-oscuro, y cuando aparecen en sus dibujos ciertos elementos fundamentales que persistirán en el futuro, como las pinceladas de humor, el sentimiento de cercanía, una carga erótica mucho más intensa y, sobre todo, una actitud extremadamente positiva hacia las actividades sexuales que los hombres practican entre ellos.
Si en su juventud y al inicio de su carrera la homosexualidad podía verse como una tara o perversión, a partir de entonces, al menos en sus dibujos, los homosexuales se mostrarán abiertos y viriles, disfrutando de sus encuentros sexuales, libres y positivos, protagonistas de historias felices que siempre terminan bien. Desde entonces y hasta el inicio de los años 70, su trabajo tiene un marcado sentido ilustrativo y documental.
Será a partir de 1973, al dedicarse profesional y exclusivamente al dibujo, cuando muestre una mayor atención a la calidad técnica de sus obras, de complicada elaboración en múltiples etapas, desde el desarrollo argumental de las historias, la disposición de las escenas y sus diferentes posibilidades de disposición espacial, los estudios detallados de cada uno de los personajes y de algunos elementos que requerían un tratamiento especial, para pasar posteriormente todos los estudios anteriores al dibujo definitivo para su publicación, ejecutado con lápiz y en ocasiones terminado con tinta, acuarela o témpera.
Para la realización de sus obras encuentra su fuente de inspiración en las revistas pornográficas, en los carteles de propaganda soviética y nazi, en la moda y en la cultura de la calle, pero, sobre todo, en las revistas de cultura física que colecciona desde los años 50. También se inspira, en particular para las composiciones, en las obras de los maestros de la pintura renacentista y barroca, aunque, como él mismo afirmó, el fin último de sus obras no era el artístico sino el pornográfico. Buscaba ante todo provocar excitación para lo que recurre a escenificar en el papel sus más atrevidas y gozosas fantasías. A pesar de ello, sus trabajos tienen bastantes puntos en común con el algunos representantes de la vanguardia underground americana de la década de los 70, sobre todo en lo que tiene de bisagra entre alta y baja cultura, para los que se convierte en un referente.
La ausencia de individualidad en los caracteres convierte a sus personajes en iconos de la masculinidad. Para construir su ideal masculino, TOM OF FINLAND se centra en diversos estereotipos de corporaciones que a través de los tiempos se han tenido como depositarias de la virilidad –soldados, marineros, policías o carceleros- a los que otorga una exagerada perfección formal y una exacerbada virilidad. Sus personajes se van haciendo paulatinamente eco de cuatro décadas de cambios en el ideal estético masculino. Imberbes, velludos, musculados, tatuados, rasurados o perforados no sólo van reflejando las tendencias de su tiempo sino que, adelantándose a ellas, las imponen.
En 1991 Christie’s subasta en New York tres dibujos suyos pertenecientes a la colección de Robert Mapperthorpe. Poco después es incluido en la Bienal del Whitney de 1991 y su obra se expone en Daniel Buchholz Galerie de Colonia, Mark Moore Gallery de Santa Mónica (USA), Galeríe Enmanuel Perrotin de París, The New Museum de New York, Los Angeles County Museum of Art de Los Angeles o el Wbtiney Museum de New York. Su obra está representada, entre otras importantes colecciones, en el Museum of Contemporary Art de Helsinki, Los Angeles County Museum of Art de Los Angeles, el San Francisco Museum of Modern Art de San Francisco o el Museum of Modern Art (MOMA) de New York. 

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