viernes, mayo 23, 2008

Una pareja igual a todas !!!


Tómo como ejemplo de esta nota a dos de los miles de gays beneficiados por el reconocimiento que realizó la Corte Constitucional sobre el derecho que tienen las parejas del mismo sexo a la pensión de sobreviviente. Era la primera vez que Vicente y Alejandro* se acercaban a esta organización (Colombia Diversa) o a alguno de sus integrantes. Su espontánea visita fue motivada por la felicidad del reciente fallo “y para felicitar y agradecer a sus primeros promotores”, como expresaron.
Dos hombres simpáticos, amables, alegres y cálidos. Hace 27 años son una pareja: se aman, se conocen, se acompañan, se cuidan y se alegran la vida mutuamente. Vicente tiene alrededor de 75 años y Alejandro, cerca de 50 años de edad. Después de un rato de verlos y de conversar con ellos, se puede entender que si en Colombia parejas tan gratas y ejemplarizantes como las de ellos fueran más visibles ante el común de la gente, quizá no habría tanta sorpresa y escándalo ante la existencia de gays y lesbianas.
Un amor, como de novela
“Nos conocimos en un día de paro de buses”, inicia Vicente con la sobrecogedora ternura que produce el recuerdo de la primera mirada y el primer silencio entre dos personas que habrán de amarse por siempre. “Nos conocimos en 1981, hace 27 años, cerca del Centro Internacional, en Bogotá. Pasaba con mi carro cuando vi a un muchacho que me llamó mucho la atención; di la vuelta a la manzana, regresé al mismo punto, él continuaba ahí y, entonces, lo saludé por primera vez. Nos enamoramos desde el comienzo”.
No obstante, su pareja de tantos años ha costado ene mil luchas: para mantenerse juntos a pesar de una sociedad que rechaza, discrimina, no quiere, le molesta y, en muchos casos, diera hasta lo imposible por separar por siempre parejas como las de ellos: parejas del mismo sexo.
Alejandro también recuerda aquellos años: “Comenzamos con un apartamento muy pequeño. Entonces, trabajamos juntos, nos apoyamos, hasta que paulatinamente fuimos consiguiendo más cosas para los dos. Así mismo, nos hemos apoyado mutuamente y en todas las circunstancias”.
El comienzo fue el más difícil, según cuentan uno seguido del otro y, a veces, incluso los dos al mismo tiempo, encontrándose sobre las mismas palabras, cuando se habla de las emociones más sentidas. “Antes era más difícil, porque en ciertas situaciones teníamos que ocultarnos más como pareja, para poder, precisamente, estar juntos”.
Alejandro recuerda que cuando todavía no existía ningún reconocimiento a las parejas del mismo sexo, llegó a la desesperación por ejercer su derecho de estar junto a Vicente en momentos críticos, como en las oportunidades en las que ha estado delicado de salud. Los hospitales eran algunos de esos sitios donde no se podía alegar el vínculo de pareja permanente, del mismo sexo, para tener el derecho de visitar y tener información sobre el estado de salud y los procedimientos médicos sobre el paciente. Ni siquiera en el caso de una pareja que ya pasaba los veinticinco años de permanecer juntos, uno al lado del otro.
“Cuando, por ejemplo, Vicente tuvo un problema muy complicado en el corazón y tuvimos que ir de urgencias al hospital, incluso me disfracé y me hice pasar por su médico para que me dejaran entrar a cuidados intensivos a verlo. Así, pude pasar todo el día con él”. Otra historia similar de angustia e ingenio cuentan cuando, en otra ocasión, a Vicente le practicaron una delicada operación en la columna: “No sé cómo lo logró, pero lo primero que vi al despertar fue la cara de Alejandro”.
No obstante, después del primer fallo de la Corte, que reconoció la unión marital de hecho entre parejas del mismo sexo, “en los hospitales nos respetan más, cuando decimos que somos pareja”.
Celebrando su nacimiento
Según cuenta, la pareja ha celebrado con inmenso júbilo cada uno de los tres reconocimientos que hasta ahora se han dado en el país en materia de derechos humanos de parejas del mismo sexo: el 7 de febrero de 2007, sobre la unión marital de hecho y los derechos patrimoniales; el 3 de octubre de ese mismo año, sobre el derecho de afiliación a la seguridad social en salud y, el 17 de abril de 2008, sobre el derecho a la pensión de sobreviviente.
“Como seres humanos que han vivido siempre vulnerados por la exclusión, sentimos que estos reconocimientos son como una tabla de salvación, una razón más para volver a empezar….Es que hasta nos sentimos como dos niños chiquitos, porque es como si naciéramos, esta vez como ciudadanos de primera” explica Alejandro.
“Nos sentíamos iguales a las demás personas”
Tal vez nada recuerdan con tantísima alegría como el día en que se reconoció en Colombia, la unión marital de hecho y los derechos patrimoniales de las parejas del mismo sexo.
Fue tanta la emoción que decidieron celebrar con un viaje. “El día en que salió en BBC World la celebración porque Colombia era un país más justo y equitativo; entonces, nos fuimos a asolear, como a una especie de “luna de miel” a Curazao. La dicha comenzó en el avión donde por primera vez nos sentíamos como las demás parejas, iguales a todo el mundo, ciudadanos, con derechos… Era una actitud de vida… Era maravilloso: ver a la gente como igual”
Así mismo, lo que más celebraron sobre ese reconocimiento en sus vidas, ocurrió el día de su declaración como pareja de hecho, en la Notaria 76: fue la naturalidad, el tranquilo y espontáneo tratamiento que recibieron de los demás.
“Cuando nos fuimos a registrar en la notaría- recuerda Alejandro, llegamos con cierta desconfianza. Incluso primero avancé sólo para explorar un poco antes, porque no quería someter a Vicente a ninguna posible experiencia desagradable. Pero desde el celador, hasta la recepcionista y las demás personas de la Notaría, nos trataron como las demás personas: con total naturalidad y respeto”.
* Nombres ficticios para proteger su verdadera identidad

Safo o el amor de las muchachas.

Safo o el amor de las muchachas. de Armando Esparza