viernes, agosto 21, 2009

Homosexualidad: ni pecado, ni enfermedad.

La homosexualidad no es un pecado, tampoco una enfermedad.

Creemos que Dios nos creó homosexual, lesbiana, bisexual o tráns... Es decir, no hay ninguna contradicción en ser gay o lesbiana y cristiano(a)/católico(a). El hecho de que la Iglesia nos rechase no implica que Dios nos rechase. Muchas de las iglesias, tanto católicas como protestantes, tienen una idea muy pervertida de la homosexualidad e incluso de la sexualidad humana en general. No obstante, gracias a Dios, las investigaciones científicas y sicológicas nos muestran lo normal que es la homosexualidad, sea femenina o masculina.

En cuanto a la Biblia, expertos en las Sagradas Escrituras han demostrado que la Biblia no dice nada en contra de la homosexualidad. Sí, se menciona actos sexuales entre personas del mismo género en ciertas situaciones, pero eso sólo en unos seis versículos en toda la Biblia. Y cuando uno estudia al fondo, en su idioma original (hebreo y griego) cada uno de estos versículos y su contexto y toma en cuenta la cultura de la época en que cada uno fue escrito, se observa en cada caso que hay problemas en la traducción y/o interpretación tradicional. Se nota que en realidad no hay en ninguno de estos versículos una base para condenar a la homosexualidad.

Al contrario, creemos que nuestra sexualidad, sea heterosexual u homosexual, es un don de Dios y algo que se debe celebrar dignamente. La Biblia incluye varias narraciones que pueden inspirarnos sobre amor profundo entre personas del mismo sexo: Rut y Noemí (de la cual el mundo heterosexual toma una de sus favoritas promesas matrimoniales: "Iré a donde tú vayas...."- Rut 1:16-17); David y Jonatán; el capitán romano y su criado (San Lucas 7:2-10); Jesús y Lázaro; Jesús y Juan. David, al hablar de su amor a Jonatán, dice:

"¡Con cuánta dulzura me trataste! Para mí tu amor superó al amor de las mujeres." (o: "Más delicioso para mí tu amor que el amor de las mujeres.") (2 Samuel 1:26).
¿Podemos excluir la posibilidad de que esta relación fue más que platónica, que fue una relación sexual también? Además, en los primeros siglos del cristianismo la Iglesia aceptaba a las/los homosexuales como hijas e hijos de Dios y hay indicaciones incluso que sus uniones en la iglesia fueron bendecidas.

Para ahondar más en este tema, visiten estos links:


http://www.otrasovejas.org/creacion.htm

http://www.otrasovejas.org/Labiblia.htm

1 comentario:

Sergy dijo...

Hola a todos:
Antes de escribir, quiero presentarme como una persona profundamente cristiana y homosexual, que no veo ninguna incompatibilidad en las relaciones de las dos realidades anteriormente expuestas.

Me llamó muchísio la atención el presente artículo y he investigado, junto con un amigo Historiador - Yo soy Psicólogo - acerca de lo que la iglesia piensa de nosotros.

Unao de los documetos más importantes, según hemos encontrado, es el Catecismo de la Iglesia Católica, publicado en el año 1992 por Juan Pablo II. Este documento dice textualmente:


CASTIDAD Y HOMOSEXUALIDAD

2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen síquico permanece ampliamente inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19,1–29; Rm 1,24–27; 1 Co 6,10; 1 Tm 1,10), la Tradición ha declarado siempre que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados" (CDF, decl. "Persona humana" 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una complementariedad afectiva y sexual verdadera. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor, las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante las virtudes de dominio, educadoras de la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.


Como ven, la Iglesia Católica condena los actos homosexuales, pero no condena al homosexual. Es decir, condena los actos sexuales entre personas del mismo sexo´, pero no condena a la persona homosexual, al contrario, dice que no debe ser discriminada y que debe ser acogida con respeto.

Y eso es un gran alivio, por lo menos para mí.

Safo o el amor de las muchachas.

Safo o el amor de las muchachas. de Armando Esparza